sábado, 5 de mayo de 2012

16 Reportaje Social


La Semana Santa es una de las fiestas que se celebran con más fervor, especialmente en Andalucía.
En Sevilla la noche más importante es la que transcurre del Jueves Santo al Viernes Santo en la que salen a la calle las seis cofradías más importantes: El Gran Poder, La Macarena, Los Gitanos, La Trianera, El Silencio y El Calvario.
Todas la cofradías se deben poner de acuerdo para fijar sus horarios de salida y recogida ya que están obligadas a pasar, una tras otra, por la carrera oficial - itinerario común que deben seguir todas las Hermandades en su trayecto hacia la Catedral, marcada oficialmente por el Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla-.
Este reportaje se centrará en La Hermandad de La Esperanza Macarena, una de las más importantes ya que se considera a su Virgen como la señora de Sevilla.

En la primera fotografía vemos la Basílica de Santa María de la Esperanza Macarena – de ahí sale primeramente el Señor de la Sentencia y tras él La Esperanza Macarena.
En la foto se puede observar como desde horas antes de la salida la gente coge sitio para tener una buena posición para ver salir a la Virgen.
También vemos a un nazareno de la Hermandad del Gran Poder arrodillado a su paso por la basílica. Una historia curiosa de la Madrugá es el acuerdo existente entre el Gran Poder y La Macarena. Este acuerdo se remonta a 1903 y en él se establece que La Macarena será la última en pasar por la Carrera Oficial aunque la norma indica que fuera el Gran Poder (las hermandades recorren la Carrera Oficial según su antigüedad de menos a más) con la condición de que antes de su salida varios nazarenos del Gran Poder fueran a solicitar la venia a la basilica. Este acuerdo y buena relación entre ambas hermandades se respeta actualmente.

 
La Centuria visita algunos de los templos que realizan estación de penitencia durante la Madrugá antes de ir al templo a “buscar” al Señor de la Sentencia y a la Virgen. En este trayecto hacen un parada para tocar delante de la Centuria Infantil para honrar a los niños que algún día se convertirán en “armaos”.
Los niños no pueden evitar derramar lágrimas en ese homenaje. Es uno de los momentos más emotivos de la noche.
Después la Centuria Infantil tocará delante de la cruz de guía que marca el inicio de la procesión.







En esta imagen tenemos el llamador, con el se da la seña -como veremos en la siguiente imagen - a los costaleros para que levanten el paso y continúen realizando la estación de penitencia. El encargado de dar la orden es el capataz.















La Virgen se mueve gracias a la acción de los costaleros. Son 36 y se sitúan bajo el palio. Son dos cuadrillas que se van dando el relevo durante el recorrido. Los costaleros ensayan durante todo el año tanto el paso que debe llevar la imagen como el momento más critico de la subida tras los paros que debe producirse todos por igual.







(Imagen de los pies de los costaleros en el momento de subir a la virgen dando un salto)




 
Gracias a los costaleros la Virgen puede recorrer todas las calles de la ciudad durante la primera noche de luna llena de la primavera.











 



 
Antes la virgen desfilan los penitentes. Son personas que an hecho promesas. Recorren todo el trayecto cargando una cruz de madera en la que suelen verse estampitas, rosarios o la medalla de la hermandad. Se diferencian de los nazarenos porque llevan el capirote para abajo (en la imagen se ve al fondo un nazareno del Señor de la Sentencia – se diferencian en el color del capirote, morado para el Sentencia y verde para la Virgen.)


La Semana Santa es una de las fiestas más importantes de Sevilla junto con la Feria de Abril. Por ello se inculcan las tradiciones a la generaciones más jovenes para que no se pierdan. Los niños foman parte activa o pasiva de las procesiones.

 








En la primera imagen vemos a un niño desfilando con la Centuria Romana, siendo parte activa de las celebraciones de Semana Santa.
En la segunda imagen vemos a un nazareno dándole caramelos a un niña que observa el paso desde la acera. La tradición de que los nazarenos lleven caramelos para repartir entre los niños es para evitar que se asusten por el aspecto fantasmal que presentan.

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